Andrea Rodas. ¿Por qué es importante caracterizar al pavo criollo de traspatio, chompipe o chunto?

Raúl Jáuregui. Los recursos zoogenéticos locales o animales domésticos criollos son bienes renovables, generadores de prosperidad y bienestar, permiten la obtención de productos alimenticios básicos y, por su gran adaptación al medio, soportan las inclemencias del medio inhóspito tropical, incluidas las amenazas del cambio climático; requieren menos insumos químicos, resultando en mayores posibilidades de obtención de alimentos limpios para la población, alivio en los costos de producción, especialmente en sistemas de economía campesina. Adicionalmente, en el nuevo contexto de la producción agropecuaria mundial, es necesario determinar la necesidad de su conservación, valoración, uso racional y sustentable, de las razas y líneas de animales llamados “criollos”, mismos que son capaces de producir en condiciones ambientales adversas y a las cuales se encuentran muy bien adaptados. Esta habilidad tiene un valor importante; por ejemplo, cuando se debe a genes propios que les aportan resistencia a enfermedades o cuando tienen características que valorizan los productos en contextos culturales determinados, la posibilidad de obtención, mediante su uso racional, de nuevos productos con propiedades especiales que contribuyen en gran medida, a la erradicación de la pobreza y el hambre, a la innovación, la competitividad y, finalmente, al desarrollo pecuario de las regiones.

Andrea Rodas. ¿Cuál es la importancia de los estudios genéticos de esta especie?

Raúl Jáuregui. El pavo domesticado (Meleagris gallopavo gallopavo) se ha criado en comunidades suburbanas y rurales de Mesoamérica, desde su domesticación entre los años 200 y 700 AC, por culturas prehispánicas. Se tiene la convicción de que el pavo criollo doméstico autóctono constituye un importante reservorio de genes útiles y que posee características adaptativas importantes que le permiten habitar y desarrollarse prácticamente en todas las zonas agroecológicas del país. La conservación y mejoramiento de especies autóctonas de animales requiere de su caracterización morfoestructural y biométrica, así como, la estimación de parámetros genéticos y fenotípicos de características de importancia económica. El conocimiento del tipo de asociación o correlación que guardan las características de importancia económica es fundamental para establecer la estrategia adecuada de mejora genética, ya que la selección genética puede ser impráctica o costosa para características difíciles de medir y con baja heredabilidad. El pavo criollo doméstico o autóctono como la gran mayoría de los recursos zoogenéticos amenazados, son producidos por pequeños productores de forma empírico, sin ningún control zootécnico y principalmente, en número poblacional extremadamente reducido. Sin embargo, la necesidad de promover la conservación y la utilización del pavo criollo para la seguridad alimentaria y nutricional, aunado a la adaptación al cambio climático es una realidad. Para ello es necesario desarrollar estudios capaces de comprobar el potencial de esas aves y caracterizar racialmente a las mismas. En este contexto, el uso de la biometría para caracterización racial y evaluación de variabilidad genética ha sido de gran aplicabilidad en estudios de conservación de los recursos zoogenéticos locales y en especial del pavo criollo por su origen autóctono. Se relata que las diferencias en la morfología externa son de interés en estudios de la composición poblacional, estas pueden ser usadas para identificar la cantidad y distribución de la variación genética dentro y entre poblaciones locales.

Andrea Rodas. ¿Qué curiosidades nos puede compartir acerca de los pavos criollos?

Raúl Jáuregui. Encontré tres curiosidades, la primera se obtuvo después de visitar las distintas regiones agroecológicas del país y en plena pandemia del covid 19, donde se corroboraron datos importantes que garantizan que el pavo criollo de Guatemala es el mesoamericano, que promueven en México como una especie auténtica maya. La segunda curiosidad se refiere a que las diferencias morfométricas observadas entre las poblaciones de pavos se deben a una selección natural por la presión ambiental ejercida en cada una de las regiones sobre los pavos o bien al manejo particular por el tipo de cultura asentada en el lugar. Además, no presentaron una diversidad genética elevada, confirmándose la existencia de una sola población en las diversas zonas donde se realizó el muestreo, pero los pavos muestreados no son una población homogénea. La tercera curiosidad se refiere a que la variabilidad de combinaciones de colores de pluma en las distintas regiones del cuerpo del pavo, tanto en la hembra como en el macho, fue baja, porque existió un color predominante, el negro y dentro de negro, el tornasol, característica del pavo autóctono maya.