Como explica el investigador del CECEG, Erick Fernando García, coordinador de este estudio: “No podemos hablar de preservar, si no hay conocimiento”.
“Voy a dar un ejemplo relacionado a la arquitectura, si vemos una casa muy antigua, en mal estado, pensaríamos en demolerla, sin embargo, si tenemos conocimiento, de que en esta casa vivió un escritor famoso, o fue sede de un hecho histórico importante, vamos a apreciar de diferente forma esa construcción; por eso es tan importante el conocimiento para apreciar las cosas. Para nosotros, dentro del arte textil, no solo es importante el producto final, sino, las personas que están detrás de ese arte, las historias maravillosas que guarda cada tejedora; en eso profundizó nuestra investigación”.
La investigación permitió establecer ciertos aspectos como los roles de género que existen en la comunidad de Palín, Escuintla. Según el coordinador de la investigación, escucharon más de una vez la frase: “Los hombres al campo y las mujeres a tejer”; esto demuestra que la percepción incluso de algunos hombres del lugar, es que el arte de tejido es un mero entretenimiento para las mujeres de la comunidad.
“Lamentablemente hay oficios no reconocidos, este es el caso de las tejedoras; no está reconocido por el ministerio de Trabajo, ni por el ministerio de Educación, por mencionar algunos; incluso cuando presentamos el proyecto, no faltó quien nos cuestionara por querer preservar un <entretenimiento femenino>; es más, muchas de estas mujeres no reconocen el impacto que tiene este oficio para la comunidad, todo esto lo visibilizamos a través de nuestra investigación”.
Un dato particular que llamó la atención del equipo de investigación, es que en la mayoría de las historias de vida de las mujeres tejedoras, surgía la frase “salir adelante” , ya que a través del tejido, ellas contribuían a llevar el sustento a sus hijos, incluso algunas mujeres viudas, que eran el único sostén de la casa pudieron dar estudio a sus hijos hasta que fueron mayores de edad, a través de su oficio; eso es una demostración del impacto económico que, en este caso, tiene el arte textil.
Generalmente, el arte textil de las mujeres tejedoras de Palín, es aprendido a partir de la observación, según estableció la investigación: “Mi mamá me <jalaba> y me decía,<mirá lo que yo estoy haciendo y así igual lo tenés que hacer>”; así pasaban las niñas muchas horas observando la labor de las madres, para aprender a tejer; otros testimonios afirman que las madres hacían “la muestra”, para que la niña continuara el tejido.
En la mayoría de los casos esta ha sido un arte que ha pasado de generación en generación.
Hombres tejedores
Otro dato interesante que estableció la investigación avalada por el CECEG, es que existen hombres que se dedican al arte textil, sin embargo, están ocultos.
En cierta ocasión, el investigador le preguntó a una de las tejedoras si enseñaría a tejera a alguno de sus hijos varones; la respuesta fue un tajante, NO: “Hay que recordar que en todo esto hay mucha tradición oral e incluso superstición; la explicación que me dio esta tejedora fue que cada persona tiene su energía, la energía de las mujeres está directamente implicada en el tejido; cuando un hombre pasa cerca de donde se realiza el tejido, se roba esa energía y la pieza ya no queda bien”.
“Todo esto hay que entenderlo desde la cosmovisión de los pueblos”, afirma Erick Fernando García, coordinador de la investigación.
Sin embargo, existen casos opuestos como el de doña Tomasa, que enseñó el arte a sus hijos e hijas desde pequeños, y actualmente tienen una pequeña industria familiar de tejido, en donde hoy en día participan incluso los nietos.
Símbolos y otros elementos
Desde hace muchos años la indumentaria en Palín, ha representado un factor social o de jerarquía dentro de la comunidad, y existían dos indumentarias importantes, el traje de diario y el ceremonial. Sin embargo, con el paso del tiempo, y debido a las demandas que algunas personas particulares hacen a las tejedoras, han surgido nuevos diseños y colores, además de los tradicionales.
Entre los principales símbolos de la indumentaria de Palín, destacan varias figuras relacionadas a la tradición oral, la figura de un águila con las alas abiertas es de las más reconocidas, y según cuenta la tradición, en Palín existieron águilas gigantes que azotaban a la región y por esa razón, las personas cuando salían llevaban sobre la cabeza, cargas de leña o tinajas de barro, para que el animal no se llevara a la persona, sino a su carga.
Otro símbolo distintivo es el de una casa con una persona adentro; que simboliza la casa de la mujer tejedora; este a su vez tiene varias figuras alrededor de la casa, como flores, gallinas y otros elementos que la mujer plasma sobre su vida cotidiana.
Amenazas
Erick García afirma que una de las mayores amenazas del arte textil, es el desconocimiento: “Continuamos viendo este arte como dibujitos; no son dibujitos, son símbolos plasmados desde la cosmovisión de cada comunidad”.
“Cada vez que vean un producto de arte textil, no lo vean como producto, hay que ver más allá; detrás de ese producto hay una persona, que invirtió años para aprender este arte, veámoslo desde el reconocimiento, desde el valor que tiene, empecemos a enamorarnos del arte textil guatemalteco”, concluyó el investigador.