Michelle Bustamante, Doctora en Ciencias Biológicas y coordinadora de la investigación, afirma que esta enfermedad es muy común, ya que tiene presencia en casi todo el mundo, a excepción de La Antártida, donde no existen los vectores que la transmiten. La malaria aviar puede llegar a causar la pérdida total de un grupo o “lote” de aves de crianza, y en el caso de aves silvestres, se han documentado casos muy particulares en los que la enfermedad ha llevado prácticamente a la extinción de algunas especies.
“Nos interesaba conocer los valores de prevalencia, porque es un dato fundamental para establecer presencia, hacer comparaciones en tiempo, espacio y realizar monitoreos de la enfermedad; también buscábamos conocer a detalle los géneros de parásitos presentes en la región, y en general, determinar si la urbanización, la pérdida de bosques y la transformación de estos en áreas urbanas, estaba afectando la prevalencia de malaria”, afirma la científica.
Estefany de León, Medica Veterinaria e investigadora asociada de este estudio explica que, la malaria aviar no es fácil de detectar; sin embargo, las aves afectadas pueden presentar, decaimiento, palidez en la cresta o bajo peso, entre otros signos. La investigadora también se refiere a otra problemática que consecuentemente trae la enfermedad: “El tema socioeconómico es importante, el impacto de la malaria aviar, se traduce en pérdida para las familias; cuando las aves no se desarrollan adecuadamente, no alcanzan el peso, o la postura de huevos, las personas tienen producciones insostenibles; los más afectados son los propietarios de aves de traspatio, ya que la pérdida de las aves compromete su seguridad alimentaria”
¿Quieres conocer el informe final completo de la investigación? Encuéntralo aquí:
https://digi.usac.edu.gt/bvirtual/informes/puiis/INF-2021-53.pdf