El conversatorio reunió como disertantes a Laura Benítez, catedrática de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas y especialista en estudios de ciencia, junto a Rogelio Salazar, catedrático, investigador y teórico del conocimiento; ambos de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Completó el cuadro de expositores, Gaspar Yataz, catedrático de la Universidad del Valle de Guatemala, matemático, especialista en ciencia de datos y tecnología ancestral maya.

Al consultarle sobre lo que se necesita para fortalecer la ciencia y tecnología en el país, Laura Benítez, indicó: “No se trata solo de financiamiento; en ese sentido hay avances; creo que falta hacer conciencia en cuanto a las necesidades locales. En un país como el nuestro hace falta fortalecer esa conexión entre la ciencia con otros saberes locales, por ejemplo, en Sudamérica, en temas de ambiente o recursos naturales he conocido casos en los que se han combinado saberes de origen comunitario con apoyo de tecnología, sistemas de información geográfico y ciertos algoritmos desarrollados por la ciencia occidental, con muy buenos resultados”

Por su parte Gaspar Yataz especialista en tecnología ancestral Maya, coincidió en que la ciencia en Guatemala ha avanzado, sin embargo,  reconoció que una problemática es que el conocimiento no regresa a los lugares donde se realizan las investigaciones. “He visto tesis e investigaciones que llegan a las comunidades, abstraen el conocimiento, pero esa información se queda guardada en la biblioteca; el conocimiento no regresa al lugar de donde provino. La divulgación es importante”

Agregó que las características que debe tener un buen científico, es el conocimiento sólido, que se obtiene de cuestionarse la mayoría de las cosas, y que tenga herramientas para responder a eso; el aprendizaje es lo que nos permite, transmitir, crear e innovar. 

El Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología se conmemora cada 10 de abril en honor al médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina en 1947. Houssay fue el primer científico argentino y latinoamericano en obtener esta distinción.