A más de un año de que se oficializara la llegada del virus SARS-COV2 y después de la alarma que se detonó en la población al conocerse los primeros casos de personas infectadas por este virus, los guatemaltecos parecían haber aprendido a convivir en alguna medida con todas las implicaciones de esta pandemia que llegó a cambiar la dinámica y rutina de las familias y que pocos imaginaron, se extendería hasta esta fecha.