En este concierto dan fe de su existencia más de 5000 grupos distintos, procedentes de 90 países, portadores de 7000 lenguas. El 5% de la población mundial, 370 millones de personas, por cierto, las más olvidadas ya que constituyen un 15% de los más pobres.
A pesar de este escenario de desventaja, esta población continua practicando y ha heredado a la humanidad conocimientos en diversos campos de la naturaleza y de la vida social y cultural –entre otros- que han sido vitales para la continuidad de la especie humana que desde la mirada occidental se muestra depredadora y poco conciliadora de su entorno y del manejo de sus recursos naturales.
Fotografía: María de la Luz Valdez
En América, Guatemala constituye junto con Brasil, Colombia, Perú, México y Bolivia, los países de mayor densidad ocupacional indígena. Guatemala se encuentra en el corazón del área cultural conocida como Mesoamérica por lo que este universo de poblaciones indígenas se extiende a sus vecindades haciendo de la región un núcleo importante de permanencia cultural y pervivencia de idiomas indígenas. Subsisten en nuestro territorio, 22 idiomas de filiación mayanse, algunos como el k’iche’ con un millón de hablantes, seguidos por el q’eqchi’ y el kaqchikel con mas de medio millón cada uno, rango que casi alcanza los hablantes de mam. Estas densidades van en disminución en correspondencia a sus ocupaciones territoriales, hasta llegar a grupos como los aguakatekos, sakapultekos, sipakapenses, tektitecos, mopanes e itzaes con menos de 20,00 cada uno. A ellos se suman un pequeño bolsón de hablantes de xinca, como los mayas, también de raigambre mesoamericana. Los garífuna, apenas superan los 5000 pobladores locales, aunque su presencia transnacional en el borde costero del golfo de Honduras muestra un grupo mayor, por cierto de tradición circuncaribe.
Fotografía: Alfonso Arrivillaga Cortés
A juzgar por lo complejo de nuestra ocupación poblacional, tan imbricada como nuestra accidentada geografía, un rasgo en común con otras latitudes, Guatemala es cuna y residencia de un complejo multilingüe y pluricultural. Un asidero que por cierto se potencializa a partir de su reconocimiento. Larga vida para esta expresiones patrimonio de la humanidad.