En los últimos años la denominada resistencia a los antimicrobianos, había venido preocupando cada vez más en el ámbito de la salud pública; la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su parte, declaró el uso indiscriminado de antibióticos como una crisis sanitaria global.

La Química Farmacéutica Beatriz Batres, quien formó parte de la comisión técnica que elaboró dicha normativa, explica: “La resistencia a los antimicrobianos, se produce cuando los microorganismos sufren mutaciones que originan resistencia a la mayoría de los antibióticos, es una situación preocupante porque las infecciones bacterianas resistentes pueden causar la muerte de pacientes, transmitirse a otras personas y generar grandes costos tanto para los pacientes como para la sociedad”.

 En Guatemala, instituciones como el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación, Universidad del Valle y Universidad de San Carlos de Guatemala, han unido esfuerzos con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre otras, para crear la Red Nacional de Vigilancia y Control de la Resistencia Antimicrobiana de Guatemala (REDRAM).  Durante el acto de lanzamiento de la REDRAM, meses previos a la aprobación la Normativa en mención, se habían presentado datos alarmantes de la FAO sobre el poco control que existía en la venta de antibióticos en el país y las diferentes formas en las que estos se distribuyen:

• Entre el 0.2-0.4 de antibióticos utilizados en producción se utilizan en la agricultura.
• Un 75-90% de los antibióticos usados en animales es excretado sin metabolizar al ambiente y transportado principalmente por el agua.
• En 2010, el uso de antimicrobianos en ganadería fue de 63,151 toneladas. Y este dato aumentará un 67% para el 2020, es decir, a 105,596. El mayor aumento, será en Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Se considera que solo China estará consumiendo casi 1/3 de los antibióticos fabricados.

 El uso inadecuado de antibióticos se da en medicina humana y animal

La Dra. Miriam Canet, coordinadora del proyecto de investigación: “Circulación de quinolonas en carne bovina para consumo humano en mercados municipales de la ciudad de Guatemala” desarrollado en la Dirección General de Investigación, a través del Programa de Investigación Interdisciplinaria en Salud,  compartió con Investigación para Todos algunos de los resultados de este proyecto y se refirió a las consecuencias del abuso de antibióticos en salud humana y animal:

IPT: ¿Cuáles son las principales consecuencias para el ser humano del uso inadecuado y abuso de antibióticos? MC: El más importante es la aparición de resistencia antimicrobiana, siendo esta una amenaza para la salud pública mundial. Además, un uso inadecuado de los antibióticos puede resultar en fracasos de tratamiento, aparición de efectos adversos y aumento de costos innecesario.

IPT: ¿Los antibióticos también son utilizados en medicina veterinaria?  MC: Así es, en el sector animal los antibióticos son utilizados al igual que en medicina humana para el tratamiento de algunas infecciones. En algunos casos se usan como promotores de crecimiento y prevención.

IPT: ¿Quiere decir esto que el ser humano, aparte de los antibióticos que pueda consumir por cuenta propia, los está consumiendo también a través de ciertos alimentos de origen animal?  MC: Se conoce el riesgo teórico de transmisión de la resistencia a través de la cadena alimenticia, sin embargo, se necesitan estudios de biología molecular que demuestren la composición idéntica de los genes de resistencia de las bacterias de origen animal y ambiental y de las bacterias patógenas para los humanos.

Es importante destacar que para disminuir el riesgo de que estas bacterias resistentes de origen animal lleguen a los humanos por medio de la cadena alimentaria es imprescindible el respeto estricto de las normas de higiene en todos los niveles del ciclo de producción animal, así como el control en la calidad alimentaria. En el caso de los antibióticos es importante que se respete el tiempo de retiro recomendado para cada antibiótico y cada especie.

IPT: Su equipo de investigación realizó un estudio a la totalidad de ventas de carne de res de un mercado municipal. ¿Qué resultados obtuvieron? MC: Investigamos la presencia de quinolonas (un tipo de antibiótico) en la carne de res de venta en los mercados municipales de la ciudad capital. Encontramos que un 5% de las muestras fueron positivas para residuos de este tipo de antibiótico.

IPT: ¿Otras investigaciones realizadas en Guatemala, han demostrado residuos de antibióticos, en productos de consumo humano como leche y pechugas de pollo? MC: Si. En Guatemala la presencia de residuos de antibióticos en productos para consumo humano ha sido estudiada; Martínez (2009) demostró que 12% de 48 muestras de leche procedentes de 16 fincas ganaderas ubicadas en ocho departamentos (Chimaltenango, Chiquimula, Escuintla, Guatemala, Jutiapa, Santa Rosa, Suchitepéquez y Zacapa) contenían residuos de beta-lactámicos y tetraciclinas en tanto que Ramírez y Miranda (2015) encontraron tetraciclina en pechugas de pollo procedentes de una granja avícola ubicada en ciudad de Guatemala con niveles por encima del LMR (límite máximo de residuos) permitido.

IPT: ¿Cree que la normativa aprobada contribuya a frenar de alguna manera los efectos negativos del abuso de antibióticos? MC: Seguro que sí. A nivel de medicina humana más del 50% de los antibióticos son utilizados de manera inadecuada. El tener acceso libre a los antibióticos hace que tomemos antibióticos cuando no los necesitamos, por ejemplo, para tratar infecciones virales como gripes y diarreas, y que además los tomemos de manera inadecuada (muchas veces solo tomamos una dosis o dos días y como ya nos sentimos mejor no terminamos el tratamiento) y esto contribuye al crecimiento acelerado de la resistencia bacteriana.

IPT: ¿Qué otras estrategias deben tomarse en cuenta para disminuir la resistencia bacteriana? MC: Desde estrategias muy básicas como reforzar la adherencia a la higiene de manos, tener en los hospitales control de infecciones hospitalarias, control de antibióticos en animales, hasta mejorar la calidad del agua y las coberturas de vacunación. El éxito de todas estas medidas dependerá por supuesto de un trabajo multidisciplinario para enfrentar el problema. De hecho, en Guatemala ya existen redes que están trabajando juntas involucrando tanto al Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, FAO y Ministerio de Medio Ambiente, entre otros.

En la terapéutica de Guatemala existe un estimado de 140 principios activos clasificados en la categoría de antibióticos antibacterianos, que dan origen a unos 2 mil productos farmacéuticos. Entre los más utilizados están los betalactámicos penicilinas y cefalosporinas, penicilinas asociadas a inhibidores de betalactamasa, fluoroquinolonas, macrólidos, aminoglucósidos, carbapenémicos , lincomicinas, sulfonamidas y nitrofuranos. El cumplimiento de la Normativa que regulará la venta de antibióticos, será verificado por el Departamento de regulación y control de productos farmacéuticos y afines a través de la Unidad de vigilancia, monitoreo y control. Las sanciones, serán aplicadas, cuando corresponda, por medio de la Unidad de procedimientos administrativos.

La Universidad de San Carlos de Guatemala, tiene representación en la Red Nacional de Vigilancia y Control de la Resistencia Antimicrobiana, (REDRAM) a través del Programa Universitario de Investigación Interdisciplinaria en Salud de la Dirección General de Investigación y las Facultades de Ciencias Químicas y Farmacia, Ciencias Médicas y Medicina Veterinaria y Zootecnia.